En tierras de sol y de esperanza,

donde el viento canta su canción,

los trabajadores de la salud avanzan,

luz en la sombra, fuerza en la razón.

Bajo el manto de un cielo estrellado,

con manos de ángeles, su arte es sanar,

en cada latido, un sueño abrazado,

en cada sonrisa, un nuevo despertar.

Medicos y enfermeras, guerreros valientes,

en el fragor del día, su entrega es total,

en cada mirada, en gestos latentes,

tejen la vida en un hilo vital.

Latinoamérica, tierra de vida,

con su medicina, un canto de amor,

en cada rincón, una historia unida,

en cada corazón,un pulso de ardor.

Por los que luchan en la primera línea,

por los que cuidan con fe y pasión,

hoy alzamos nuestras voces, con rima,

celebrando su entrega y dedicación.

Que nunca falte el respeto y el cuidado,

que florezca la salud en cada hogar,

pues en sus manos el futuro es sembrado,

y en su valentía, el mundo a sanar.

 

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