1. Recopilación de Datos: Se centra en la recolección sistemática de datos sobre la salud de la población, incluyendo estadísticas de morbilidad, mortalidad, uso de servicios de salud y otros indicadores relevantes.
2. Gestión de Información: Utiliza tecnologías de la información para almacenar, procesar y analizar los datos recopilados. Esto incluye el uso de software especializado y bases de datos que facilitan el acceso a la información.
3. Interoperabilidad: Promueve la integración de diferentes sistemas de información dentro del sector salud, permitiendo que los datos fluyan entre hospitales, clínicas y otros servicios de salud, lo que mejora la coordinación y continuidad de la atención.
4. Toma de Decisiones: Proporciona información oportuna y precisa a los gestores y profesionales de la salud, lo que les permite tomar decisiones basadas en evidencia para mejorar la calidad de la atención y optimizar los recursos.
5. Monitoreo y Evaluación: Facilita el seguimiento de programas de salud y la evaluación de su impacto, permitiendo ajustes y mejoras continuas en la prestación de servicios.
6. Transparencia y Rendición de Cuentas: Al tener un sistema de información robusto, se promueve la transparencia en la gestión de los recursos de salud y se facilita la rendición de cuentas ante la población y las autoridades.
7. Educación y Capacitación: Se incluye la formación del personal de salud en el uso de herramientas de información y en la interpretación de datos, asegurando que todos estén capacitados para utilizar el sistema de manera efectiva.
8. Protección de Datos: Es fundamental garantizar la confidencialidad y seguridad de la información personal de los pacientes, cumpliendo con las normativas de protección de datos.
